
Desde que nos estacionamos, supimos que estábamos en un lugar único. El diseño, una mezcla perfecta de lo futurista con lo retro, nos dio la bienvenida con la película de “Los Supersónicos” en el autocinema, un viaje directo a la niñez.
El menú, con sus clásicos americanos, ofrece variadas opciones. Nuestra familia optó por hamburguesas jugosas, ensaladas frescas, kombuchas y gaseosas. Además de su delicioso sabor, nos encantó el compromiso con el medio ambiente, evidente en todos los utensilios de bambú y reciclables. Un detalle que nos encantó: toda la comida del Tesla Diner viene servida en un innovador envase de cartón, con el diseño icónico de la Cybertruck.
El precio promedio por persona alcanza unos USD 30, y existe una tienda de recuerdos, en donde puedes encontrar pines desde USD10 hasta modelos a escala de optimus por unos USD150 y más.
Pero lo que realmente hace especial a este lugar es su tecnología. Mientras disfrutas de la comida, tu Tesla se carga a toda velocidad, ¡sin cables ni complicaciones! Es la forma perfecta de unir conveniencia y tecnología. Un plus, es que también puedes pedir la comida directamente a tu Tesla!
Si bien la experiencia fue épica, nos quedó una deuda pendiente: ¡conocer a Optimus! Nos enteramos de que este popular robot solo sirve palomitas de maíz el último fin de semana de cada mes, así que nos perdimos la oportunidad de tomar una selfie o un “fist bump” con él.
Sin duda, el Tesla Diner es una parada obligatoria para cualquier entusiasta de la marca. Una experiencia que demuestra que el futuro no solo es eficiente, ¡también puede ser increíblemente divertido! ¡Esperamos que luego podamos disfrutar de una experiencia similar en Chile !





